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“Discurso de la servidumbre voluntaria” toma las calles
En el siglo XVI, Étienne de La Boétie escribió Discurso de la servidumbre voluntaria, uno de los primeros grandes alegatos contra el autoritarismo. Este ensayo, cuyo mensaje sigue vigente, nos incita a romper con nuestra pasividad y complicidad para empezar a imaginar nuevos contrapoderes.
Superabundans Haut ha creado unos potentes carteles callejeros que convierten las palabras del filósofo francés en una poderosa proclama. ¿A qué esperas para descargar el tuyo? Consíguelo aquí.
Madrid es la próxima parada de esta travesía real
El lunes, 12 de diciembre, a las 19 h, te invitamos a la presentación de ¿Dónde está L-Mérito?, de L-Matocrítico y Laura Árbol, en la librería Sin Tarima Libros.
Contaremos con los escritores L-Matocrítico, Noel Ceballos y Eduardo Bravo, que nos descubrirán los entresijos de este libro para republicanos y monárquicos desencantados. Un cómic desternillante que aspira a hacernos más llevadera nuestra tragicomedia nacional mientras recorremos con L-Mérito el último medio siglo de la historia de España.
¡Te esperamos para celebrar este homenaje crítico pero sincero al personaje más transgresor e icónico de nuestro país!
Para que sigas buceando en el universo de nuestro insigne protagonista, L-Matocrítico y Laura Árbol han preparado un vídeo con el que descubrirás algunos de los entresijos de esta edición. ¡No te lo pierdas!
¡Invéntate alas! Conversación alrededor de Ray Bradbury
El próximo domingo, 11 de diciembre, a las 12 h, te esperamos en el CCCB para adentrarnos en el universo de Ray Bradbury y viajar de regreso a Marte de la mano de sus fascinantes cuentos.
Marcial Souto y David de las Heras, traductor e ilustrador respectivamente de Otras crónicas marcianas (Libros del Zorro Rojo, 2022), conversarán con el periodista cultural Jacinto Antón sobre su relación con la obra de uno de los mejores cuentistas del siglo XX.
Tres perspectivas (traducción, ilustración, periodismo) para desentrañar la vigencia de un autor que nunca ha dejado de interesar y cuya influencia se extiende más allá de la literatura. Tras el impulso editorial vinculado al reciente centenario de su nacimiento, no ha decaído el interés por revisitar su obra, lista para seducir a nuevas generaciones.
Reserva aquí tu entrada. Si no estás en Barcelona, podrás recuperar la charla en el canal de YouTube de la librería Laie.
Para ir abriendo boca, te invitamos a descubrir los entresijos de esta edición con estos vídeos que hemos preparado con David de las Heras y Marcial Souto.
Las «Otras crónicas marcianas» de Ray Bradbury aterrizan en la Librería Gigamesh
Existe un conjunto de cuentos marcianos de Ray Bradbury que quedaron fuera de la versión definitiva de las famosas Crónicas marcianas. Diez de esos relatos, algunos traducidos ahora por primera vez al castellano y el resto diseminados en varios libros del autor, se encuentran reunidos en Otras crónicas marcianas, una antología que nace de un apasionado trabajo de Marcial Souto, responsable de la selección, la traducción y el prólogo. La obra gráfica de David de las Heras, ilustrador estrella del panorama editorial actual, convierte esta edición en una obra de arte.
El 1 de diciembre, Marcial Souto (editor, traductor, escritor) y Alejo Cuervo (director de Ediciones Gigamesh) conversarán sobre la obra Bradbury, de los relatos olvidados que quedaron fuera de la mítica novela de 1950 y del trabajo que ha desarrollado Souto a lo largo de su extensa trayectoria: desde la dirección de las revistas El Péndulo y Minotauro, hasta la traducción de diez libros de Bradbury, entre muchos otros títulos de grandes autores como J. G. Ballard, George Orwell o Edward Gorey.
Amantes de la literatura y de la ciencia ficción, amigos y amigas de Barcelona, os esperamos el próximo jueves a las 19 horas en la librería Gigamesh para viajar de regreso al fascinante planeta rojo. Todas aquellas personas que no podáis asistir tendréis la oportunidad de recuperar la charla en el canal de YouTube de la librería.
Empieza la Semana del Álbum
Un año más vuelve nuestro festival favorito: la Semana del Álbum, un evento dedicado al libro álbum, que cuenta con sesiones en bibliotecas y librerías a cargo de profesionales de la LIJ. Del 4 al 20 de noviembre la Asociación ¡Âlbum! nos invita a participar en propuestas muy diversas para todos los públicos: charlas para adultos, cuentacuentos para los más pequeños, exposiciones, talleres y mucho más.
El tema de esta sexta edición es «el espacio imaginado», especialmente la relación de convivencia entre libro y lector. Hoy más que nunca, los libros constituyen un espacio de autonomía y paz por el que merece la pena luchar. El espacio imaginado como refugio vital, un concepto que la ilustradora del cartel de este año Sonia Pulido ha plasmado de forma exquisita.
Este año, la Semana del Álbum se realiza en Cataluña, en la Comunidad de Madrid y en Almería a través de dos propuestas clave: el festival, con una programación pensada para familias, y las jornadas de formación para profesionales en el Foro el Álbum en el Aula. Las editoras y los editores de ¡Âlbum! estaremos presentes en muchas de las actividades, y felices de encontrarnos y brindar por el álbum y por esta pequeña pero resistente comunidad de la que formamos parte.
Nuestra propuesta de actividades
La desafortunada vida de las lombrices. Taller de artes plásticas e historia natural | Con Roberta Bridda
Biblioteca Josep Pla (Sant Pere de Ribes) – Sábado, 5 de noviembre, 11:00 h – Info
Biblioteca Elisenda de Montcada (Montcada i Reixac) – Jueves, 10 de noviembre, 17:30 h – Info
Espai Culturista Sendak (Barcelona) – Sábado, 12 de noviembre, 11 h – Info
Actividad de lectura y creación basada en un libro sin precedentes, un tratado que, página a página, nos introduce en el fascinante, ¡y en absoluto aburrido!, mundo de las lombrices, unos seres en apariencia insignificantes, ignorados por la ciencia, la cultura, e incluso por la sociedad. Este taller participativo combina la narración, la historia natural y las artes plásticas.
¿Qué te juegas, abuela? Taller familiar de manualidades y pasatiempos retro | Con Estrella Borrego y Pere Ginard
Librería A Peu de Pàgina (Barcelona) – Viernes, 11 de noviembre, 18 h – Info
Librería Abracadabra (Barcelona) – Sábado, 12 de noviembre, 12 h – Info
¿Cómo se divertían en casa los niños y niñas de la década de los cincuenta y los sesenta cuando no había móviles (¡ni siquiera televisión!)? ¿Qué harías con un pañuelo, un huevo y una cuchara, una cuerda, una pastilla de jabón o una linterna? La autora Estrella Borrego y el ilustrador Pere Ginard pondrán en práctica algunas de las propuestas de ocio que recoge el este cuaderno de actividades: acertijos, manualidades con papeles y objetos reciclados, ejercicios de dibujo, sombras chinescas y un sinfín de propuestas para disfrutar en en familia.
La cabra tragona. Cuentacuentos musical para reírse sin fin | Con Santi Rovira (Cataluña) y Simone Negrin y Margalida Albertí (Madrid)
Biblioteca Pompeu Fabra (Sant Quirze de Besora) – Jueves, 9 de noviembre, 17 h – Info
Biblioteca Municipal Can Baró (Corbera de Llobregat) – Lunes, 14 de noviembre, 17:30 h – Info
Biblioteca Pública Moratalaz (Madrid) – Sábado, 19 de noviembre, 12 h – Info
Biblioteca Bac de Roda (Roda de Ter) – Miércoles, 23 de noviembre, 17:30 h – Info
Librería Lita Hormiguita (Madrid) – Sábado, 26 de noviembre, 12 h – Info
Cuento acumulativo, inspirado en una antigua canción folk canadiense que narra la rocambolesca historia de una cabra cuya hambre no tiene fin y que es capaz de comerse todo lo que encuentra en su camino: sacos de harina, zapatos viejos, clavos oxidados, cubos, sartenes… Una historia, extravagante y llena de humor, cuyo texto mantiene la sonoridad del lenguaje y los juegos de rimas, que invita a los pequeños a participar de la narración.
Foro el Álbum en el Aula
El Foro el Álbum en el Aula es un espacio de diálogo entre los profesionales del libro álbum, del mundo de la educación y del sector de la LIJ en general. ¡Âlbum! ofrece la oportunidad de descubrir todo aquello que el álbum ilustrado puede aportar en la educación de la sensibilidad artística y literaria, así como en el fomento de la lectura.
Expertos de aquí y allá nos hablarán de los límites espaciales de la literatura que nos rodea, de los mecanismos del libro álbum y nos darán herramientas para su selección y promoción en el aula y en la biblioteca.
Esta edición se celebra el 4 y 5 de noviembre en Zaragoza y el 7 y 8 de noviembre en Girona. Te invitamos a husmear en el programa y a apuntarte a lo que más te apetezca (¡a todo, si quieres y puedes!).
Fas 6 anys… Tria un llibre!
Torna la campanya «Fas 6 anys. Tria un llibre»! Fins al 30 de novembre, els nens i nenes que celebren el seu sisè aniversari aquest 2022 poden anar a la llibreria més propera i intercanviar un xec amb valor de 13 euros pel llibre que més els agradi. Aquesta iniciativa té com a objectiu que els més menuts descobreixin les llibreries i el plaer de la lectura.
És l’ocasió perfecta per perdre’s per les històries, aventures i misteris que amaguen els llibres. Nosaltres en proposem sis:
- Aventures al més pur estil thriller, girs inesperats, tocs d’humor i fantasia i una protagonista sigil·losa i implacable són els ingredients de Miss Cat. El cas del canari, el primer llibre d’una saga de novel·les gràfiques per als més joves, una alenada d’aire fresc a la literatura detectivesca infantil.
- Introdueix-te al fascinant, i gens avorrit!, món dels cucs, uns éssers en aparença insignificants, ignorats per la ciència, la cultura, i fins i tot per la societat. La malaurada vida dels cucs és un tractat d’història natural sense precedents, ple de poesia i enginy, que et farà cridar «Els cucs són importants!».
- Canta i recita en veu alta La cabra golafre, la història rocambolesca d’una cabra amb una fam voraç, una peça de col·leccionista inèdita fins ara en català.
- Els nens i les nenes aprendran a identificar els diferents sentiments negatius i a parlar sobre ells amb No soc un monstre!, un divertit manual, ple de frescor i enginy. En realitat, qualsevol títol d’aquesta col·lecció de Yoshitake és una bona opció!
- L’elefant a l’ombra és un àlbum emotiu al voltant dels petits gestos d’empatia i solidaritat amb els altres que, alhora, ens permet abordar sentiments com la tristesa.
- Cinc històries entranyables i també cinc reptes fantàstics posen a prova el valor de l’amistat a La meva vida amb un drac encès, un llibre amb una gran dosi d’acció i humor.
La campanya «Fas 6 anys. Tria un llibre» és una acció de foment de la lectura dins del Pla de lectura del Departament de Cultura amb el Gremi de Llibreters de Catalunya. Per a més informació, es pot visitar la pàgina de l’Institut Català de les Empreses Culturals.
La guerra de las salamandras
La guerra de las salamandras
Infobae, 26 de agosto de 2022.
Mi primera lectura de este texto fue en mi temprana adolescencia de nerd; era una edición en rústica de tapa blanca con franjas horizontales marrones, que me había comprado mi padre en alguna librería de viejo cercana a la dependencia del Ministerio de Salud Pública donde trabajaba por las tardes.
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Recordé haber amado mucho el libro de Capek por entonces, al punto de que no dudé en pedir que me enviaran un ejemplar cuando me enteré de la aparición de esta nueva edición –que merece calificarse como “de lujo”– publicada por Libros del Zorro Rojo.
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Esta nueva edición de La guerra de las salamandras equivale a la aplicación de un engarce moderno a una joya antigua, porque está complementada (en realidad, muy enriquecida) por las ilustraciones, algunas cercanas al cubismo de Fernand Léger, otras totalmente de arte pop que recuerdan a Roy Lichtenstein o Andy Warhol, y otras al cartelismo del constructivismo ruso. Son de Hans Ticha, un artista checo contemporáneo (nació en 1940), que dedicó veinte años a elaborar estas piezas.
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La guerra de las salamandras es una fábula irónica y distópica inspirada por el ascenso del nazismo. Significativamente, Capek murió de neumonía tres meses antes del ingreso del ejército alemán de ocupación en Praga. Entre las muchas siniestras anticipaciones que incluye, está la de los experimentos que harían los supuestos científicos del nazismo (el más conocido fue el siniestro Dr. Mengele) con los prisioneros de los campos de concentración; aquí los practican con los pobres animalitos…
(…)
Además de esas estufas de hierro que dan tanto calor, las salamandras comunes son unos anfibios urodelos, comunes en Europa, y en la novela devendrán una metáfora que podría representar a la clase obrera de todos los países.
La historia comienza cuando el capitán de un barco que pesca perlas (para lo que emplea los mal remunerados servicios de buceadores cingaleses) descubre que los nativos no se atreven a zambullirse en cierta bahía en la que abunda su mercancía porque, según ellos, está poblada por diablos. Estos “diablos” resultarán ser las salamandras y el deseo del capitán de utilizar los servicios de estos inteligentes animales para extraer las perlas desencadenará un aquelarre de acontecimientos, contados con prosa ágil y entretenida, y cargados de humor amargo.
El texto incluye citas apócrifas de medios de prensa, declaraciones, conferencias, tratados universales, todo lo generado por la irrupción y crecimiento indetenible de la población de salamandras, a quienes los hombres, en su codicia, educan para trabajar y producirles beneficios hasta que… se les escapan de las manos.
Es una alegoría demoledora acerca de las ambiciones irrefrenables de las clases dominantes, la lógica demente que provoca conflictos mortíferos, el crecimiento de los prejuicios, la imposibilidad de contener expansiones territoriales “justificadas” con falacias (nada lejos de la teoría del Lebensraum, espacio vital, que alimentó a los diversos imperialismos y que fue uno de los fundamentos del nazismo).
Es un libro de 330 páginas que no se puede dejar de leer. Y más todavía en esta suntuosa edición impresa en… Letonia, una de las repúblicas bálticas –junto a Estonia y Lituania–; una prueba más de que la globalización que anuncia la novela ya está vigente, al menos en lo comercial. No se priven de disfrutar de La guerra de las salamandras.
La caricia del viento
La caricia del viento
Por Adrián Cordellat, El país, 4 de junio de 2022.
La influencia taiwanesa de sus padres empapa innegablemente la estética, las ilustraciones y los planteamientos de la autora francesa Sandrine Kao en La caricia del viento, un álbum de extrema sencillez y minimalismo dividido en historietas breves de una o dos páginas en las que la naturaleza es casi un personaje más. Sin apenas texto y protagonizado por un personaje inclasificable (¿Un conejo? ¿Un ratón?), Kao rinde con extrema sabiduría un sentido homenaje a la infancia, esa etapa repleta de primeras veces, de descubrimientos, de ganas de aprender, de preguntas filosóficas y trascendentales expresadas con la más absoluta de las ingenuidades.
¿Qué queda de Fahrenheit?
Fahrenheit 451
El Cuaderno, junio de 2022
Hace 69 años, en 1953, Ray Bradbury publicó su primera novela. La tituló Fahrenheit 451 y, para arrancar con las cartas boca arriba, advirtió en una nota previa que esa es la temperatura a la que arde el papel en el que suelen imprimirse los libros. O sea, 233 grados centígrados. Muchos recordarán seguramente que, traspasado el umbral de la advertencia, se accede a una sociedad de desmemoriadas personas felices, confinadas por su propio gusto entre cuatro paredes recubiertas por otras tantas pantallas televisivas, y obligadas a desplazarse en vehículos cuyos conductores son multados si circulan a menos de ochenta kilómetros por hora. Los peatones son sospechosos y la posesión de libros no solo está prohibida sino que es causa suficiente para que, tras la preceptiva delación, una espectacular brigada de bomberos pirómanos reduzca a cenizas la biblioteca y la casa que la alberga. La novela, uno de los textos mayores del siglo XX, está protagonizada por el bombero Guy Montag, de treinta años, diez de ellos dedicados a la incineración de textos. Tras unas cuantas charlas con una adolescente soñadora, Montag sufre una crisis de conciencia, es informado por su jefe del largo proceso social que desembocó en el reinado del fuego y, después de ser castigado con dureza por su incipiente rebeldía, emprende una huida que le llevará a militar en un grupo de resistentes cuya arma es la memoria. Entretanto, estalla una guerra.
En realidad, es muy probable que la mayoría de quienes hayan leído la novela no recuerden tantos detalles. Si acaso guardarán en la memoria la prohibición de los libros, su quema y la rebelión del protagonista. Con el posible aderezo de un batiburrillo de imágenes tomadas de la película que Truffaut dirigió en 1966. Muchos incluso no habrán memorizado nunca la temperatura a la que arde el papel y llamarán simplemente Fahrenheit al texto con el que Bradbury (1920-2012) ingresó en la selecta hermandad de autores de magnas distopías represivas, señoreada hasta entonces por Zamiatin (Nosotros, 1920), Huxley (Un mundo feliz, 1932) y Orwell (1984, 1949). Fahrenheit consolidó además a Bradbury en el trono que le correspondía desde que, tres años antes y por consejo de un editor, reuniese un conjunto de relatos sobre la colonización de Marte en un volumen titulado Crónicas marcianasque, a menudo, es tomado por su primera novela. Igual que es tomado por escritor de ciencia ficción quien en puridad es un sutil poeta, de mirada muy atenta, que plasma sus certeras intuiciones sociales en prosas distópicas.
De ahí que sin duda resulte más que pertinente invitar al lector a acercarse a esta edición de Fahrenheit 451 que, con nueva y espléndida traducción a cargo de Marcial Souto e incendiarias ilustraciones de Ralph Steadman, acaba de publicar en España Libros del Zorro Rojo. Y no solo porque las visiones alucinadas de Steadman erizan el escalofrío lector sino porque una relectura hecha en 2022 permite evaluar hasta qué punto fueron acertadas muchas de las pesadillas plasmadas sobre el papel por un Bradbury que, sin embargo, no preveía la importancia de los ordenadores personales, Internet, las redes sociales y, en suma, la interacción con pantallas que pueden llevarse en un bolsillo.
Sería necedad artera detallar el mundo de idiotas ensimismados que Bradbury erige con maestría. Que, por cierto, no es muy distinto del actual. O enumerar los jalones que llevaron a prohibir los libros en lugar de dejarlos malvivir, como se hace ahora, bajo toneladas de basura encuadernada. No obstante, en las explicaciones que el bombero en crisis Montag recibe de su jefe hay un aspecto que debe resaltarse porque, en estos últimos años, está en el centro de muchos debates políticos. Además de la superpoblación, que ha rebajado a lo ínfimo la calidad de la educación y de los escritos; además del desarrollo tecnológico, que ha entronizado la velocidad y la satisfacción inmediata de los deseos, escribe Bradbury, hubo una tercera causa en la caída en desgracia de los libros: la multiplicación de las minorías causada por la propia multiplicación de los animales humanos.
«Nuestra civilización es tan amplia que no podemos permitir que nuestras minorías se alteren y se agiten», advierte el jefe de bomberos. De modo que deben eliminarse los textos que puedan molestar a cualquier minoría. Por esa razón, los escritores «llenos de malos pensamientos» tuvieron que guardar sus máquinas de escribir. Y lo hicieron. Entre nosotros, en 2022, aun no lo han hecho. Solo han reforzado su autocensura, temerosos de contravenir el discurso dominante sobre las minorías. Solo han desaparecido de las listas de ventas, expulsados por los productos industriales. Solo han cedido las colas de firma de ejemplares a influencers analfabetos que Bradbury, estancado en la pantalla televisiva, no había previsto. Solo…
Mi vida con un dragón encendido
Mi vida con un dragón encendido
Por Adrián Cordellat, El País, 30 de julio de 2022.
Los autores franceses Didier Lévy y Fred Benaglia recuperan los entrañables personajes de Cómo encender un dragón apagado (Libros del Zorro Rojo, 2017) en un nuevo, estimulante y divertido álbum de gran formato compuesto por cinco breves historias llenas de acción y colorido. Mi vida con un dragón encendido es un libro dinámico y repleto de ternura que, como ya lo fuese en su primera entrega, es ante todo un canto a la amistad, a una de esas amistades —la que mantienen el dragón y el ingenioso niño— que, como dice el subtítulo del libro, «calientan el corazón». Traducción de Estrella B. Del Castillo.
Nosotras, las personas
Nosotras, las personas
Por Canal Lector
Cada una de las personas que poblamos el planeta Tierra somos únicas e irrepetibles. Poseemos destrezas diferentes, cualidades mejores y peores que facilitan o dificultan la interacción, todos tenemos retos, objetivos, sueños, deseos, aficiones… Vivimos en un mundo complejo, con múltiples aristas y cientos de momentos alegres y tristes tras cada esquina, pero siempre estamos predispuestos a entablar relaciones, preparados para asumir dificultades, incluso para realizar proezas o lidiar con simples aventuras cotidianas que posibiliten el conocer un poco más de cerca al que está a nuestro alrededor. El reto es entendernos y lograr una convivencia en armonía. Propuestas como esta ayudan a construir una sociedad de lectores críticos capaces de reconducir situaciones, limar divergencias y alcanzar consensos. Un libro para regalar a cualquier edad y motivar así la reflexión, el debate, el análisis certero de un mundo en permanente construcción y transformación. Pequeñas reflexiones, certeras, a ratos poéticas, siempre sugerentes, sirven como hilo conductor para enlazar una colección de láminas, elaboradas con plumilla, y finalizadas mediante procedimientos digitales, que podemos encuadrar en una estética de «línea clara», capturan con precisión instantes cotidianos, otros excepcionales, pensamientos fugaces… Un libro que debería generar muchas y ricas conversaciones….
“Los pequeños macabros”, de Edward Gorey. Serie Libros que desafían el tiempo
Los pequeños macabros
Por Fanuel Hanán Díaz, Fundación Cuatrogatos, 29 de junio de 2022
Los abecedarios representan una categoría muy vinculada con los libros para niños, quizás una de las más antiguas en el desarrollo de esta industria. Por eso, resulta sorprendente el uso de este molde, muy cercano a lo didáctico, para crear un universo que rompe con los convencionalismos de lo que deben ser un libro dirigido para los lectores infantiles.
Los pequeños macabros, publicado por el estadounidense Edward Gorey en 1963, es un libro alucinante y atrevido. Se trata de una colección de escenas, dibujadas con tinta y pluma a blanco y negro, donde los protagonistas son niños que están retratados justo en el momento de morir en muy trágicas circunstancias. Cada cuadro contiene una puesta en escena muy teatral, que congela ese instante en el que algo va a suceder, dejando a la imaginación del lector el desenlace.
El manejo magistral de las texturas y las escalas de grises aporta una fuerza especial a las ilustraciones, que hacen del negro un elemento protagónico. Espacios surreales y tenebrosos introducen potentes escenografías que recargan cada historia con un halo irreal, como si se tratara de visiones distorsionadas de una mente retorcida. Un innegable humor negro permea este libro, particular y único por su manera de utilizar la infancia como un medio para representar lo macabro.
Personajes indefensos o desprevenidos sucumben ante distintas amenazas: animales salvajes, un veneno, un arma, una enfermedad o un peligro natural. En parte, en estas coyunturas de eventos improbables reside el humor negro de las situaciones, que resultan poco creíbles a pesar de su extrema crudeza.
Edward Gorey (1925-2000) está considerado, por muchas razones, un autor de culto. Entre ellas, porque gran parte de sus libros circularon entre una comunidad cerrada de lectores, porque cada propuesta dentro de la extensa producción de este autor era única, a veces editada en pequeños tirajes y en formatos poco convencionales, además de irrumpir contra todos los convencionalismos. La misma personalidad excéntrica de este creador contribuyó a construir una obra extraña e inclasificable.
Muchos de sus rituales, como asistir con frecuencia al ballet, o de sus gustos, como su fascinación por la época eduardiana, especialmente por la moda, marcaron fuertemente su obra en las poses estudiadas y los atuendos elegantes de sus personajes. En su apariencia personal, Gorey asumió un estilo extravagante por los abrigos de piel y los ostentosos anillos que usaba. Con su estilo gráfico, cargado de elementos góticos y surrealistas, imágenes poéticas y oscuras, soluciones sarcásticas y de humor negro, creó un sello único que ha dejado un impacto en creadores posteriores, entre ellos Tim Burton.
Diferentes influencias nutren la obra de Edward Gorey, lector inagotable y cinéfilo. Los pequeños macabros es un libro que no se agota en una primera mirada y que mantiene un singular poder magnético, ya que es difícil despegarse de sus páginas cuando se han abierto. Muchas cosas seducen a los que exploran el universo particular de este autor, cargado de referencias culturales. Sin embargo, lo que más fascina es su capacidad para detonar infinitas historias a partir de imágenes contundentes de un mundo curioso y terrible que desafía la razón.
«El més petit de tots», Premio al Libro Mejor Editado 2021 del Ministerio de Cultura y Deporte
Nos llena de felicidad compartir con todos y todas vosotras que el Ministerio de Cultura y Deporte ha concedido el tercer premio como Libro Mejor Editado a El més petit de tots en la categoría de Obras Generales y de Divulgación.
Este libro, escrito e ilustrado por Lola Anglada i Sarriera, vio la luz por primera vez en 1937 por iniciativa del Comissariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya, y se ha convertido en una muestra excepcional de la lucha antifascista y el catalanismo popular. La presente edición, que hemos coeditado junto al Ajuntament de Barcelona, contiene dos ensayos de las especialistas Montserrat Castillo y Teresa Mañà.
Gracias por el apoyo y las cálidas palabras que siempre dedicáis a esta obra, con la que hemos querido homenajear a Anglada, una dibujante y escritora que siempre estuvo fuertemente comprometida con los valores de la República.
Os invitamos a descubrir este título en el booktrailer que hemos preparado.
Jorge Alderete y Mariana Enriquez, una vieja amistad y un libro que nació antes de ser escrito
Por Constanza Lambertucci, El País México, 11 de junio de 2022
Cuando empezó la pandemia de covid, el ilustrador argentino Jorge Alderete estaba en Ciudad de México –vive en la capital desde 1998– y planeaba mirar la televisión durante las dos semanas que, supuestamente, iba a durar la emergencia sanitaria. No fue así, la pandemia duró más, y en algún momento él se puso a dibujar. Al principio eran imágenes aparentemente inconexas, dibujos en tinta de mujeres desnudas, extraterrestres, animales fantásticos, dildos, máscaras de látex, la cabeza de Benito Juárez. No era nada, pero empezó a ser un libro con ilustraciones que no había sido escrito todavía. Pensó: “¿A quién no tendría problemas de mostrarle todo esto y ver si se quiere sumar?”. “Y sí, fue Mariana”, cuenta por videoconferencia desde su estudio. “Nos habíamos reencontrado hacía relativamente poco, justo antes de la pandemia. La última vez que nos vimos…”.
–Fue en tu casa. Por [el escritor] Bernardo Esquinca.
Mariana Enriquez estaba en otro punto del continente, en Buenos Aires, Argentina, cuando le escribió Alderete. El país ya se había cerrado y la gente apenas podía salir a la calle por las restricciones impuestas para contener la propagación del virus. “Lo que estaba pasando con la pandemia era demasiado… un poco apabullante”, recuerda la escritora, también por videoconferencia desde la capital de Argentina. Alderete le había mandado las imágenes y le proponía una especie de juego: podía inventar lo que ella quisiera a partir de esos dibujos, desde un epígrafe hasta una novela corta. “Estaba con muy pocas ganas de de escribir y con muy pocas ideas. Y a mí en general, entre otras cosas porque soy periodista, me gusta escribir a partir de un estímulo externo”, explica Enriquez, que aceptó. Así empezó a tomar forma El año de la rata, la crónica de un futuro distópico. “Surgió de manera muy natural. Por un lado, creo que tiene que ver con nuestra historia en común”, dice la escritora.
Por esos años, Enriquez publicó su primera novela, Bajar es lo peor, que acaba de ser reeditada por Anagrama. Alderete recuerda que la obra se convirtió enseguida “en el libro que había que leer”. La novela, que narra una historia de amor gay y drogas en la noche de Buenos Aires, llegó a las manos del escritor Juan Forn, que trabajaba en la editorial Planeta y enseguida pidió un contrato para esa “minipunk humeante e indiferente”. Después Enriquez entraría a trabajar como periodista en el diario Página/12, donde hoy es subeditora del suplemento cultural, publicaría Las cosas que perdimos en el fuego, la colección de cuentos que lanzó su carrera internacional, y sacaría Nuestra parte de noche, la novela con la que ganó el Premio Herralde. Pero en 1995, aquella primera publicación ya era un libro de culto juvenil.
–Me imagino que cuando el libro ya te habías ido a Buenos Aires. No tengo muy claro aquellos años, viste que todo empieza a ser una nebulosa.
–No, yo tampoco.
–Me acuerdo, sí, que no lo leí. Me cuesta cuando todo el mundo dice “esto hay que hacerlo”. Me sigue pasando, eh.
–Tengo la teoría de que los que te conocen te leen mucho menos que los que no te conocen.
En esa época, Alderete también empezaba su carrera como artista gráfico. Después de la etapa universitaria vendrían las exposiciones internacionales, las antologías editadas por Taschen, las portadas de discos para Los Fabulosos Cadillacs o Café Tacvba, la galería de arte en Ciudad de México, la discográfica propia. Todo bajo el seudónimo de Dr. Alderete. “Las ilustraciones de él cambiaron mucho, se perfeccionaron, pero hay algo que es muy parecido: era muy impactante visualmente, el tema del fetiche siempre estuvo y él introducía elementos que eran muy diferentes”, dice Enriquez.
–Estabas en… ¿Cómo se llamaba la revista? ¿Tinta china?”.
–La que hacíamos con Maxi [Luchini]. No, Gratarola. Era la época de los fanzines, los cómics…
En 1998, Alderete y muchos de los amigos que compartían el ilustrador y la escritora emigraron de Argentina, algunos se fueron a Barcelona y otros a Ciudad de México. Todavía no había llegado 2001 y la crisis política, social y económica que le siguió al corralito en el país sudamericano. Enriquez recuerda así el final de la década: “Los que se iban se iban con un proyecto, con un ‘a ver si nos sale’, pero yo no tenía ni eso. Y en cambio acá [en Argentina] sí tenía un ‘a ver si me sale’. Me quedé, pero fue un momento de pérdida total y también de frustración que con el tiempo se me pasó”. Hubo años en los que no se vieron. Las carreras de los dos siguieron creciendo. A veces se cruzaban en alguna feria del libro. Y antes de que empezara la pandemia de covid-19 se encontraron en Ciudad de México.
Después, el encierro y el incipiente comienzo de El año de la rata. Las imágenes que había estado ilustrando Alderete eran demasiado íntimas porque no habían pasado por el filtro de la autocensura; porque, total, no iban a ser publicadas. Eran parte de “una especie de terapia”: “Estaba todo el día encerrado, si me ponía a darle mucha vuelta a lo que sea iba a llegar a un lugar adonde no quería llegar. Entonces me ponía a dibujar”. Empezaba a la mañana y a veces se le hacía de noche. Había días en los que terminaba solo una imagen y otros en los que eran dos, o tres. “El año de la rata empezó primero sin ser un proyecto. Empezó de forma muy casual y muy despreocupada, casi diría que sin ningún rumbo claro”, cuenta el artista gráfico. “No quiero sonar hippie”.
–Sí, porque es antihippie total.
Enriquez recibió las ilustraciones y empezó a escribir crónicas breves, casi periodísticas, sobre un mundo enrarecido donde el sol se vuelve negro –aunque ilumina y da calor–. Hay ahí extraterrestres con anatomía de mujer y cuerpos vacíos que orinan limonada, muñecas que transmiten una maldición sexual, camiones sin conductor que chorrean fluidos, influencers con armas y monumentos que se iluminan con neón sin que nadie entienda por qué. Algunas de las historias son inventadas y otras están basadas en casos reales. “Como el tono es igual”, dice la novelista, “no te das cuenta”. “Hay una especie de vaga sensación de ciencia ficción, pero muy elemental, muy urbana, muy tipo J. G. Ballard. Y también un poco fifties, más naif”, explica, y agrega: “Me permitió jugar con un montón de elementos que no son, en general, con los que trabajo”.
Entre Enriquez y Alderete apenas hubo intercambios sobre el contenido de los textos ni de las imágenes, salvo en algunos casos puntuales. Ninguno, sin embargo, quería que el libro fuera una crónica de la pandemia. Aunque en los dibujos aparecen muchas máscaras, por ejemplo, no hay cubrebocas. En los textos, la emergencia sanitaria solo se menciona al pasar. La alusión más directa, y no es explícita, está en el titular: el año de la rata en el calendario chino coincidió con el 2020. Hay historias que aparecen en las ilustraciones que no están en los textos, y viceversa. “Algo que me atrajo de los dibujos fue el altísimo nivel de excentricidad”, dice la escritora, “a algunas cosas le encontraba hilos, pero otras no, para nada, y eso me gustaba, que fuese caprichoso”.
–Es caprichoso, no había pensado en la palabra.
El proceso duró varios meses porque no había encargo, no había editor, no había apuro. “Lo que había era incertidumbre”, dice Alderete. “¿Qué va a pasar? ¿van a seguir publicando libros? ¿habrá papel?”. El proyecto, que no fue proyecto hasta que no estuvo terminado, “podría no haber funcionado y la gente ni se hubiese enterado”, agrega Enriquez. Pero funcionó, el libro tomó forma y fue publicado en México por la editorial Alboroto y en Argentina por Libros del Zorro Rojo. También creció fuera de las páginas: la bailarina Dalel Bacre creó una coreografía de danza contemporánea a partir de algunas de las imágenes; el director Christian Weber grabó la performance y la musicalización estuvo a cargo del portugués Paulo Furtado.
Tanto Enriquez como Alderete hacen hincapié en que la autoría del libro es compartida –si se tiene en cuenta el proyecto multidisciplinar entero, aún más–. Hubo algo en el proceso, dice la escritora, que fue “medio punk, medio under”. “Obviamente no vamos a fingir que hicimos un fanzine recortando y pegando”, dice, “pero el espíritu era un poco ese”. “Me hacía acordar a la época que viví en grupos de fans, mandando cosas que tardaba un siglo todas en llegar. En este caso, no tardaba todo un siglo en llegar, pero había algo que tenía que ver con la distancia y la imposibilidad de verse. Era un poco como estar en los noventa sin un mango. Como un delirio total”, cuenta. Esa época en la que pasaban “de leer a William Burroughs a ir a buscarse el mango”, dice la escritora; eran de nuevo los años en La Plata.
Los clásicos distópicos de Libros del Zorro Rojo
Fahrenheit 451
Ambientado en un futuro sombrío y perturbador, este clásico de la ciencia ficción narra la historia de Guy Montag, un bombero cuya misión no es sofocar incendios, sino producirlos con un claro objetivo: quemar los libros que algunos todavía atesoran. Sin embargo, muy pronto, empieza a hacerse algunas preguntas: ¿qué hay en esos libros?, ¿son tan perjudiciales como le han enseñado?, ¿o acaso contienen mensajes que ayudarán a reparar la destrucción de la sociedad?
En esta obra publicada hace casi sesenta años, Ray Bradbury dibuja un mundo distópico que comparte inquietantes similitudes con el nuestro, a la vez que crea una carta de amor a los libros y a quienes los escriben. Las expresivas ilustraciones del dibujante y caricaturista inglés Ralph Steadman convierten esta gran novela del siglo XX en una auténtica obra de arte.
1984
Escrita en 1948, esta obra presenta una crítica lúcida y demoledora de los regímenes totalitarios. El control absoluto que ejerce el Hermano Mayor —el omnipresente ojo censurador— sobre el gobierno del Partido y la conciencia de todos los individuos tiene indudables resonancias diacrónicas.
La más célebre e impactante novela de George Orwell percute con fuerza renovada en este presente en el que somos esclavos de la tecnología, de las fake news y de un puñado de gigantescas corporaciones. El ilustrador Luis Scafati se supera a sí mismo para ofrecer uno de sus trabajos más lúcidos, críticos e impactantes de los últimos tiempos.
«Gato en el camino» en «Hoy empieza todo» de Radio 3
El pasado 23 de mayo, el ilustrador Joan Casaramona y la editora de Libros del Zorro Rojo Daniela Demarziani acudieron al programa «Hoy empieza todo» de Radio 3 y conversaron con Marta Echeverría y Cristina Moreno sobre una de las más novedades más recientes de nuestro catálogo: Gato en el camino, el primer relato que Nicanor Parra publicó en su carrera y que marcó el inicio de su estilo rupturista.
«Es interesante pensar que es un cuento sin comienzo, sin nudo, sin desenlace. Esta idea del “anticuento” se escapa la estructura clásica. Tiene algo de humor o de chiste en relación a lo que son o eran las estructuras de los cuentos clásicos hasta entonces. Por eso se dice que es el germen de lo que Nicanor después hace con la antipoesía», apuntaba Daniela Demarziani. Sobre su acercamiento a este texto, el ilustrador Joan Casaramona agregaba: «Hubo un momento en que tuve que parar de leerlo, porque parecía un tratado de metafísica. Creo que, si le vas dando vueltas, realmente hay muchísimas cosas. No hay que olvidar que Parra tenía veinte años cuando lo escribió. Pero hay para todos y de todo».
La original propuesta gráfica de esta edición expande las posibilidades de lectura y convierte este relato en un artefacto literario que abre las puertas a todas las generaciones y a los amantes del universo parriano. «Cuando este libro se edita, se piensa en una edición que pueda ser leída por niños y niñas porque hay una cuestión que es muy lúdica. El lenguaje tiene muchas capas: a medida que lo lees una y otra vez, ya no lo recibes de la misma manera», comentó Demarziani.
Os invitamos a escuchar el programa, donde podréis conocer más detalles sobre el libro.
«Migrantes», un libro conmovedor sobre los desplazamientos forzosos a través de dibujos a lápiz
Migrantes
Por Ivana Romero, Página 12
“Este mundo es mirar las flores sobre el infierno”, escribió el poeta japonés Kobayashi Issa en el siglo XVIII. Issa Watanabe tiene ese nombre en homenaje a este maestro del haiku. Fue una decisión de su madre, la ilustradora Gredna Landolt, y de su padre, el poeta José Watanabe. De ascendencia suiza ella y de origen japonés él, Issa nació en Lima, Perú, en 1980. Con el tiempo devino ilustradora reconocida poniendo su trabajo en varios libros; por ejemplo, su obra Más te vale, mastodonte fue ganadora del XVII Concurso A la Orilla del Viento del Fondo de Cultura Económica de México.
Sin embargo, su singularidad radica en la capacidad que tiene Issa de trabajar con una trama esencial, que rara vez se menciona al momento de pensar en el dibujo, la escritura y en el arte en general: el silencio. Ese espacio vacío pero elocuente, asegura ella, es la esencia del diálogo y la comunicación. Y es que allí se abren las preguntas, los sentidos sugeridos, la capacidad de pensar junto a otrxs para construir un relato común.
De esa materia (tenue pero imprescindible) se nutre su libro Migrantes, al cuidado de Ediciones del Zorro Rojo, que la artista vino a presentar a la Feria del Libro en el marco de dos charlas organizadas por el Ministerio de Cultura de Perú para profesionales del sector. Construido exclusivamente con ilustraciones hechas con lápices de colores (no hay una sola línea de diálogo, una explicación, nada), Migrantes muestra un grupo de animales en diáspora. Jirafas, conejxs, leones, aves andan en silencio, juntxs, llevando valijas diminutas, abrigos, mantas, algunos cacharros para cocinar ahí donde les encuentre la noche.
Junto a lxs más grandes van lxs más pequeñxs, dando pasitos o envueltxs en rebozos. Una cabra abriga a un pájaro pichón (o pichonx), aquel elefante toma de la mano a un sapitx como familia interespecie que son: el desarraigo es para ellxs el lazo común. Espigadxs, silenciosos, caminan con lo puesto, avanzan como un grupo compacto pero frágil, profundamente humano. ¿De dónde vienen? ¿Hacia dónde se dirigen? ¿Están huyendo? ¿De qué? ¿De quiénes? Estas son algunas de las preguntas que se abren junto a cada página. Además, alguien les sigue los pasos, pide sumarse al viaje y es aceptada: la muerte. Issa la creó como una presencia pálida y descalza, bajita, con cabeza de calavera apenas insinuada, capaz de una enorme compasión.
Issa dedica el libro a su hija Mae, a su madre y a su abuela Teresa. “Me hubiera gustado dedicárselos a mis hermanas Maya y Valeria también. Todas ellas son mujeres a las que admiro enormemente. Han sido mi apoyo, contención, mi vida” cuenta durante esta entrevista que se realiza en el stand del Ministerio de Cultura peruano, mientras la Feria está a punto de abrir al público en las primeras horas de la tarde.
Lleva una remera a rayas blanca y negra y unos zapatos tipo guillermina colorados. Habla despacio, buscando las palabras precisas y mientras se sienta con un vaso de café humeante, su cabello larguísimo (que contrasta con su piel pálida) parece una capa discreta y suntuosa a la vez. Es imposible no evocar entonces unos versos de su padre José, quien en un poema sobre su propia infancia escribió: “En la espalda del kimono/saltaba un salmón rojo./Sobre los hombros de mi madre, el pez/parecía subir por la cascada de sus cabellos,/hermosísimos y azulados cabellos/de mestiza:/Una bella imagen que ella no podía ver”.
¿Cómo surgió este proyecto?
—Todo empezó cuando en 2017 vi de casualidad una serie de imágenes del fotógrafo Magnus Wennman llamada “Donde duermen los niños”. Se trata de una serie de retratos a infancias que él tomó tras el estallido de la guerra en Siria, en cinco países diferentes. Fue encontrando a esxs niñxs en campos de refugiadxs o en asentamientos precarios. Son imágenes de las miradas de lxs niñxs, de esos ojos. Ver esas fotos me conmovió muchísimo. Y tenía a mano una libreta donde empecé con un dibujo. Así surgieron los primeros personajes. Uno de ellos llevaba a otro pequeñito de la mano y fue necesario dibujar a sus compañerxs, para que tuvieran una historia y un lugar para descansar y abrigarse. Fui haciendo dibujos durante meses mientras trabajaba como directora de arte en una empresa. Alguien me propuso enviarlos a la Feria del Libro de Bologna porque ya empezaban a formar una secuencia narrativa. Entonces volví a dibujar a cada personaje porque me di cuenta de que no estaba del todo a gusto con las ilustraciones iniciales. Cuando te asomas al infierno, ya no puedes seguir dibujando del mismo modo. Finalmente, el libro encontró a su editorial, El Zorro Rojo, y se publicó en 2019 aunque la edición argentina es bastante más reciente.
En la conferencia que diste hace un rato mostraste los bocetos iniciales, donde los dibujos eran más parecidos a los cuentos clásicos para infancias.
—Se lo puede ver de esa manera. Es que si bien yo traía una experiencia personal en torno a la migración forzada, meterme en ese mundo, en sus cifras pavorosas con millones y millones de personas huyendo de sus lugares a lo largo del mundo, me obligó a tomar algunas decisiones en torno al dibujo. No podría decirte, de todos modos, que se trató de una investigación en un sentido clásico. Lo que hacía era ir recogiendo testimonios, imágenes, frases de una película o un poema y esas cosas me iban guiando en una línea de sentido. De hecho, la única línea escrita del libro está en la contratapa y es una frase del director de cine Theo Angelopoulos que dice “¿Cuántas fronteras se han de cruzar para llegar a casa?”.
¿Y qué ocurre con las mujeres e infancias que deben cruzar esas fronteras?
—Dentro de la población vulnerable, las mujeres son más vulnerables. En su intento de llegar a un lugar seguro, son expuestas a violencia sexual y de género en su país de origen, en el primer asilo, durante todo el trayecto. La cantidad de niñas y mujeres violadas que tienen que pagar con eso el viaje o los documentos es impresionante. Y las madres que llevan a sus hijxs tampoco encuentran justicia. Me refiero a que si en tu país de origen es difícil encontrar justicia cuando has sido víctima de violencia sexual, imagínate qué tipo de justicia habrá en los lugares donde migran. No tienen acceso a la justicia, son más invisibilizadas de lo que ya están.
Antes me contabas que de alguna manera, todo esto que vas diciendo también lo aprendiste durante las presentaciones del libro en distintos países.
—Estuve en distintos lugares del mundo, sí, y es hermoso advertir que, al no haber palabras, no hay barreras idiomáticas. He trabajado con niñxs migrantes y niñxs que no lo son, de diferentes clases socioeconómicas. Por ejemplo, hace un tiempo fui a Francia, convocada por el proyecto de mediatecas que brindan acceso a libros y soportes mediáticos a toda la comunidad, y que en ese momento estaban trabajando con un centro de acogida de refugiadxs. Como sigue la pandemia, hubo una videoconferencia de la que participaron 50 alumnxs de una escuela que tenían quince años. Pero sí estaban allí, conmigo, lxs niñxs del centro de acogida. Cuando les pido a estxs chicxs hacer alguna pregunta a lxs franceses, un niñito de 8 años les pregunta “¿Ustedes alguna vez han conocido a alguien como nosotros?”. Y eso no había sucedido nunca. Es decir, millones y millones de migrantes no encuentran sencilla la integración con la comunidad. Porque una cosa es mirar imágenes por la televisión pero tú sabes que los gobiernos tienen políticas restrictivas, que son reflejo muchas veces, del desconocimiento, el temor, los prejuicios
Antes aludías a que la migración también te ha atravesado en términos personales. ¿A qué te referías?
—¿Lo dices por mis orígenes? Bueno, sí, hay toda una historia allí porque mi madre y mi padre tienen su origen en otros países que no son Perú. A la vez, me infancia estuvo marcada por el conflicto armado interno en mi país, Sendero Luminoso y demás. En ese caso, el silencio fue fractura y abismo. Pero en verdad no me refería todo a eso sino a mis años en Mallorca.
Estuviste estudiando Bellas Artes e Ilustración ahí después de cursar Letras en Lima ¿verdad?
—Sí, me mudé en 2004 y estuve algunos años allí, hasta el nacimiento de mi hija Mae, que ahora tiene 15 años. De hecho, mi carrera como ilustradora de libros empieza cuando Mae tenía pocos meses, tras la muerte de mi padre, en 2007. A él le habían encargado una serie de textos para infancias y algunos habían quedado sin dibujar. Así es como me invitaron a ilustrar su cuento El pájaro salvaje. Pero en referencia a Migrantes, la historia tiene que ver con otra cosa. Durante lo que se denominó “crisis de los cayucos”, miles y miles de personas se lanzaron al océano desde África y conocí a uno de esos chicos, llegado en una patera, que hablaba un poco de francés. Terminamos compartiendo casa con él y con quien ya era mi compañero de piso, durante un año y medio. Después de eso, realmente una se pregunta si tiene la estatura suficiente como para hablar de ciertos temas.
¿Y qué responderías ahora?
—Es difícil. Pero sí sé que los libros sirven para eso, para abrir el diálogo en un espacio de silencio, capaz de una interpretación que abra hacia lo que cada quien tiene para decir. La respuesta del otro con su identidad única y una mirada, que tiene una respuesta tan válida como la mía. Esto es muy importante para lxs chicxs que vienen de sufrir situaciones muy críticas. Ellxs padecen, claro, el hecho de ser un número, sin identidad, sin historia. En muchos lugares se muestra la necesidad de solidaridad con las poblaciones migrantes, como te decía antes, pero ojo con que se queden en mi país. La palabra, la voz, ser escuchadxs en su historia y su singularidad, no les restituye la calma después del horror pero abre un camino posible vinculado a la visibilización y el afecto.
¿Por qué cuando los libros tienen dibujos se los vincula casi mecánicamente a las infancias?
—Hay muchos libros que están empezando a ampliar estas categorías. Pero aún estamos acostumbradxs a los libros en una línea más pedagógica, donde los dibujos deben ser de determinada manera, con respuestas que son “lo que debe ser”, sin lugar para el equívoco o la experimentación.
Que la muerte aparezca aquí, en tu libro, es ciertamente desafiante.
—En general, en mi propia experiencia personal siempre ha habido una experiencia de la muerte parecida. Es difícil expresarlo… Armando la charla de hoy, estuve revisando muchas cosas en torno al silencio. Esa pequeña muerte que aparece en el libro tiene más que ver con eso, con lo inexpresable que llevamos con nosotrxs. Cuando tú abres el libro, el libro está empezado. Me refiero a que esos personajes ya están en tránsito. ¿De dónde están huyendo? ¿De qué están huyendo? ¿De una guerra, de un desastre climático? Las respuestas son múltiples y válidas todas. Pero solo encuentran un lugar posible para crecer si dejamos un espacio de silencio para escuchar a quien tienes enfrente. Una cosa que surge en las conversaciones con niñxs, adolescentes o adultos es que esta muerte es frágil, es casi como una más. Es una compañía constante a lo largo del trayecto. Así también son los recuerdos, las ausencias, lo que se deja atrás cuando la vida se mueve.
¿Tu madre fue una influencia para vos?
—Sí, claro. Gredna es una gran ilustradora y durante los años 70 ilustró muchos libros que se usaban en las escuelas pero de una manera singular, dándole una vuelta de sentido. También fue una gran influencia mi padre, José. Me conmueve mucho saber que su obra es leída y admirada aquí, como voy sabiendo. Desde pequeñas él, de quien heredé esa curiosidad por el mundo, nos leía poemas; en especial, haikus. Mi nombre viene de allí además. Los haikus son una forma breve de conocimiento del mundo a través de la observación atenta. La poesía es una forma de decir callando, descubriendo la singularidad de aquello que nos rodea, ampliando sentidos, dejándonos sorprender por lo inesperado como propone Wilsawa Szymborska en su poema “Una niña pequeña tira del mantel”. De Gredna y de José aprendí todo esto. De ellxs heredé una forma de pensar, de dibujar, de indagar el silencio como forma de encuentro.
Nueva edición de «El profeta» de Khalil Gibran
El profeta
Por Jesús Cabaleiro Larrán, Aquí Madrid, 13 de mayo de 2022
La editorial Libros del Zorro Rojo ha realizado una nueva y muy cuidada edición en pulcro blanco y azul del libro ‘El profeta’ de Kahlil Gibran (1883-1931), una de las obras más vendidas en el mundo siendo traducida a más de medio centenar de idiomas. En España su primera traducción data de 1933. Ahora, libros del Zorro Rojo hace esta buena edición ilustrada.
A lo largo de veintiséis ensayos poéticos, el autor desarrolla cuestiones que van desde el amor, el matrimonio, el comer y el beber hasta el trabajo, la alegría, el dolor, la libertad…, a través de un diálogo en verso entre un profeta, Almustafa y la gente de su pueblo natal, Orfalese.
La obra está escrita a modo de diálogo simple entre el profeta y la gente del pueblo y sus pensamientos tienen un gran sentido de lo místico, enlazando con el sufismo, un espíritu libre de dogmas con una filosofía universal que toma elementos de todas las principales religiones, cristianismo, judaísmo e islam.
La editorial ha tenido a bien hacer esta edición ilustrada con el artista argelino Rachid Koraïchi, quien ya participó en otro libro de la editorial, la antología Prodigios. Descendiente de copistas coránicos, destaca por integrar la caligrafía como elemento gráfico y dialoga a la perfección con este clásico de la literatura árabe moderna.
«Hoy más que nunca la palabra de Gibran es esencial. Leer ‘El profeta’ es emprender un viaje, es nutrirse en el origen de un pensamiento precioso, es reconectar con la humanidad. Hoy más que nunca» señala Koraïchi en su prólogo ‘Sobre la urgencia y la necesidad’.
Pero además escribe: «En estos tiempos terribles que vivimos –en los que la violencia extrema y el poder está monopolizado por dictadores y castas gobernantes, mientras miles de migrantes son devorados por los peces en el fondo del Mediterráneo- necesitamos sabiduría. Y belleza».
La traducción está a cargo de la premiada poeta colombiana Andrea Cote, quien, sin perder nunca de vista el ritmo y la cadencia del original, convierte este breve compendio filosófico sobre la vida física y espiritual en una suerte de meditación profunda.
Esta edición con los dibujos se editó originalmente en francés en 2017 y ahora llega, con acierto, a las librerías españolas.
«Días como este», nominado al Premi Llibreter 2022
Nos llena de felicidad compartir con todos y todas ustedes que Días como este ha sido nominado al Premi Llibreter 2022 en la categoría de Álbum Ilustrado. Desde Libros del Zorro Rojo queremos agradeceros —librerías, lectores, mediadores…— la acogida tan cálida que estáis dando a este libro.
Días como este celebra la naturaleza y el vínculo inexorable entre el mundo humano y el animal, a la vez que nos invita a ver nuestro entorno con los ojos de alguien más pequeño. Las espléndidas ilustraciones de Alice Gravier (ilustradora del popular La casa en el bosque, 2019, LZR) y el texto poético de Oriane Smith proponen a los lectores un ejercicio de observación a través de un mismo paisaje que refleja dos mundos, dos escalas, dos perspectivas.
Según la comisión de evaluación del premio, «Días como este es un libro luminoso que trata sobre la vida, sobre cómo la afrontamos en cada momento y sobre la sabiduría para disfrutar, aceptar, descubrir tesoros. Sorprendernos y sobreponernos a las adversidades. Con una ilustración elocuente y detallista consigue abrir una ventana a la pluralidad, al universo de los demás y así ayudarnos a entender la complejidad y al mismo tiempo la sencillez de la vida y, sobre todo, a disfrutar de las pequeñas cosas».