Dimensions | 18 × 24 cm |
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Pàgines | 208 |
Encuadernación | Caroné con sobrecubierta |
Publicació | 14/03/2018 |
ISBN: | ISBN: 9788412545999 |
Hamlet
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«El resultado es un Hamlet para maníacos del disfrute de leer, de esos que huelen los libros cuando empiezan y los acarician cuando terminan.» César Rufino, El Correo
Hamlet es uno de los libros más leídos y representados de la historia de Occidente. Considerado La Gioconda de la literatura, es una obra cautivadora, que traspasa límites: los juegos de palabras de Hamlet suponen trazos de comedia en una atmósfera inherentemente trágica, donde la frontera entre representación dramática y vida real queda difuminada; y la consumación de la venganza finalmente se vehiculiza en una escena en que, como exhibición lúdica, se actúa un combate. Las palabras de Hamlet «Dormir, morir, tal vez soñar» dan cuenta de este fino celaje, inherente a la obra, en el que queda incluido el propio Shakespeare, cuyo padre había fallecido recientemente. Esta edición recupera el exquisito trabajo de ilustración de John Austen de 1922, que orla la pieza más extensa del dramaturgo inglés con estampas de un fuerte carácter esteticista. La traducción de Ángel-Luis Pujante —referencia indiscutida del teatro Shakespeariano— rubrica una distinguida labor sobre uno de los clásicos de la literatura por excelencia.
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Premsa
«Poco o nada se puede decir que no se sepa de la obra del bardo de Stratford-upon-Avon. Pero sí de esta lujosa edición, con traducción de Ángel-Luis Pujante, referente del teatro shakespeariano, que rescata las ilustraciones en blanco y negro realizadas en 1922 por John Austen (1886-1948), ejemplo del estilo esteticista inglés de finales del XIX. »El Periódico
«Esta historia, por todos conocida y por muchos incluso leída, llega ahora en una cuidada edición de Libros del Zorro Rojo que incluye las ilustraciones en tinta hechas por John Austen en 1922. [...] El resultado es un Hamlet para maníacos del disfrute de leer, de esos que huelen los libros cuando empiezan y los acarician cuando terminan.»César Rufino (El Correo)