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Rafael Barrett Álvarez de Toledo, asiduo a las tertulias, a los duelos y a la bohemia madrileña de fin de siglo, entabló amistad con Valle-Inclán y otros miembros de la Generación del 98. En 1902, durante una función del Circo Parish, Barrett golpeó con una fusta al duque de Arión, presidente del Tribunal del Honor. La prensa aireó el altercado, y Barrett desembocó en el exilio en Argentina, Paraguay y Uruguay. Pronto tomó conciencia de la compleja situación social latinoamericana. Conoció los sindicatos, la represión policial y las leyes antinmigratorias, momento en el que se asomó al anarquismo. En aquel entonces nació su compromiso con la cuestión social, eligiendo el artículo periodístico y el relato breve como herramienta de crítica y lucha. Murió a los 34 años de tuberculosis en Arcachón, Francia.