Sinfronteras - Libros del Zorro Rojo

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Sinfronteras

Por Chica Bombín, Yo Cuento, 2017.

Cuando tomamos una cierta altura, cuando tenemos la oportunidad de tocar las nubes con los dedos y miramos hacia suelo firme nos damos cuenta de que la Tierra tiene un manto que luce de todos los colores. Sólo entonces reparamos en que esa es nuestra única bandera.

Pero al tocar con los pies en la tierra debe ocurrirnos algo muy estúpido dentro de nuestra cabeza, porque olvidamos la experiencia y a ras de suelo no somos capaces de admitir la diversidad de nuestra existencia. Nos empeñamos en buscar colores que, en distintas colocaciones, digan algo diferente de aquellos que tenemos al lado, al otro lado del océano y nada más cruzar el estrecho.

No existe color que nos separe más que aquel que se pinta en una bandera. No hay línea más absurda que la que trazamos en los mapas y llamamos frontera.

De colores y líneas, de eso trata este “cuaderno” que tiene mucho de cuento aunque la misión de sus páginas no sea contar una historia como tal. Abre los ojos, mezcla culturas, crea el mundo en que vivimos con acentos diversos, que todos tengan el suyo pero que todos sean del mismo sitio.

Bienvenido al mundo soñado, al mundo imaginado… estamos a punto de abrir Sinfronteras, una publicación de Inma Pla (Imapla), que ve la luz gracias a Libros del Zorro Rojo.

Este cuento nos va remover las ideas. Ya lo anuncia y lo advierte nada más empezar; desde su cubierta blanca impecable se puede leer el título, con letras mayúsculas, grandes, una de cada color, pasando lista a toda la gama cromática:

—¿Azul?
—¡Presente! —responde la segunda N.
—¿Rosa?
—Presente —responde la S.

Todo parece en su sitio pero al abrir el cuento, ¡boom! Cada letra ha tomado un rumbo distinto, el desorden parece haberse apoderado del título y ya no hay ni una letra colocada en la misma línea horizontal. Ya te dije que nos iba a remover las ideas, ¿preparado?

La idea de este cuento-cuaderno es simple: banderas dibujadas sobre papel y cortadas justo por el medio.Cada bandera queda dividida en dos y, como ya sucede en otros títulos de perfil similar como elAnimalario Universal del Profesor Revillod, se pueden combinar de mil formas distintas. Por detrás, el nombre de cada país también queda dividido en dos, así que no sólo se forman combinaciones de banderas sino que también se forman vocablos nuevos, países nuevos que no existen en los mapas.

La idea, tan sencilla, me parece realmente extraordinaria y no sólo porque de estas banderas surjan infinidad de nuevas banderas. Me parece extraordinario el hecho de poder juntar culturas y no separar.Creo que el gran acierto de esta publicación es nace de la premisa de que una frontera puede unir. Una revolución para nuestra mente, cazurra y obcecada a veces en patrias y colores.

Las banderas, además, están coloreadas a base de trazos gruesos y garabatos, así como colorean los niños pequeños. Este detalle viene a recordarnos la parte creativa de esta “lectura” y la necesidad de entender el mundo tal y como lo hacen los niños.

La frontera como parte de un juego. Una línea que separa dos mitades resueltas a entenderse.Aquí los acentos diferentes son bienvenidos porque causan afectos divertidos, cada país nuevo es un guiño a la pluralidad que tanto necesitamos para comprender el mundo que nos rodea. Por tanto, Sinfronteras es una necesidad de liberar prejuicios, aprender sobre otros países lejanos en el mapa pero tan cercanos cuando combinamos sus banderas con “la nuestra”, con las de todos.

Y como esta historia no tiene una sola sino que las tiene todas, te propongo un juego. Si comienzo a explicar la historia de todas las banderas reflejadas en las páginas de este libro no terminaría nunca esta reseña. ¡Podría hacerlo… y estás asustado porque sería un sopor! Así que no lo voy a hacer, mejor juguemos.

 

Agitar y aprender

¿Cómo sería un país que mezclara personas de Francia y Colombia? ¿Qué danzas serían más populares en el país de Itanegal? ¿Cuál sería la comida típica de Reino Sil o de Alepón? ¿Qué costumbres festejarían en Bralia?

Todas esas preguntas se acumulan en mi cabeza y necesito darles respuesta, porque no sólo voy a divertirme de lo lindo sino que me acercaré, por medio del aprendizaje, a todos esos países que aún no conozco.Y esto que hago por mi cuenta resulta un ejercicio fabuloso para realizar con niños que cualquier edad. Un proyecto original para trabajar en cualquier escuela o biblioteca.

La idea es escoger un par de países para curiosear sus costumbres, su geografía, sus tradiciones, su comida típica… Una vez se haya investigado sobre ellos será el turno de agitar la mente y combinar las banderas con el libro de Imapla. Podemos inventar una cultura para el país de la bandera resultante, por ejemplo:

«En el país de Alepón (mitad Alemania, mitad Japón) hay un plato antiquísimo en la tradición Alepona llamado “suchi”. El suchi es un rollito de arroz cocido con salchicha Bratwurst en medio, el rollito se corta en rodajas y se come con dos palillos.»

Así podemos crear ficciones y divertidas sociedades que se salgan de lo establecido.

«Imagínate un carnaval brasileño donde la gente lo pasara de maravilla y en el que fuera típico beber té a las cinco. Seguramente en Reino Sil (mitad Reino Unido, mitad Brasil), durante el carnaval, las calles se llenan de gente que desfila con vestidos de plumas y bombines. Todos bailan al ritmo de la samba que compone The Beatles, una banda de música mundialmente conocida.»

Y así puedo seguir hasta que la imaginación acabe conmigo y con cualquier signo de cordura, jeje. Lo que importa es jugar, soñar y (de paso) aprender. Da igual cómo te acerques a este libro, sea como sea él te atrapará por completo y no dejará de sorprenderte. Sinfronteras te dibujará la sonrisa típica de las personas que se saben libres. 

Es una preciosa lección para cualquier persona, aquí no se pide edad mínima ni papeles en regla para cruzar las líneas.

Nos vemos en la página siguiente.

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